El nuevo disco de Tiersen, Les Retrouvailles (los recuerdos), es en realidad una continuación de todo lo anterior hecho por el francés. Hay voces conocidas, como Dominique A. y su inconfundible timbre de voz, además de participaciones de Jane Birkin, Stuart Staples o Liz Fraser (de Cocteau Twins). Los dieciseis temas se hacen cortos en los cuarenta y cinco minutos que tiene la entrega, pero sin duda que completa el espacio dejado desde el 2001, cuando se lanzó su último disco en solitario, L'Absenthe (hasta ahora el mejor criticado, y que gozó de una salud y popularidad impresionantes).
En temas como Loin des Villes, La Veilleé o la Jetée -para mí el más impactante, aun durando apenas un minuto y tres segundos- se comprueba la herencia post-Amelie, la soundtrack de la película de Jean-Pierre Jeunet (Delicatessen, La cité des enfants perdus) que lo catapultó a la fama el año 2001. Pero en éstos también se observan reminiscencias a los discos primigenios que formaron al músico, como Le Valse des Monstres (1995) o el ya mítico Rue des Cascades (1996). Sin duda que la característica fundamental de estos tres temas "hijos" son los in crescendo que aturden al que escucha sometiéndolo a una especie de mundo alterno que los tiersenescos reconocen de inmediato, por la capacidad hilarante que tiene de trasponer la realidad hiperrealista de la que se jacta el rock actual en pos de una nostálgica y melancólica, casi salida de órbita.
Los temas cantados retoman el hilo dejado en L'Absenthe, con canciones lentas y acompasadas por pianos o guitarras en líneas específicas, melodías claras y concisas que potencian el talento de los cantantes. Tiene especial realce Kala, tema interpretado por Liz Fraser, por la perfecta simbiosis que se observa entre ella y la batería de fondo, queda y casi murmurante, que apoya el estribillo de una forma que sólo Tiersen sabe concebir, y que es el entrenamiento obtenido en el disco Tou est Calme (1999), el más experimental de sus ediciones, en donde se dedicó a explorar las vetas del rock que desde su juventud tenía en velo. Es en este punto cuando se debe citar A Ceux Qui Sont Malades Par Me Calme, tema heredero de aquella entrega, que posee armonizaciones que están realizadas en líneas en pos de la evocación.
Los violines en este disco tienen una principal relevancia. Son pocos los temas que no los tienen, pero también son escasos en los que cobran protagonismo, es como si estos estuvieran dispersos entre todas las canciones, sobresaliendo a ratos, acompañando a otros, remarcando pasajes de otra esfera. Es de llamativo interés la participación de éstos en La Veillée, en donde caracterizan quizás el mejor canon que haya realizado Tiersen en tan sólo veinte segundos (similar, en alguna medida, a La Rue, del Valse des Monstres).
El tema La Plage (instrumental), llama la atención al llamarse igual al aparecido en la soundtrack de La vie revêe des anges (1998), pero la melodía es del todo nueva. No así en 7 PM, que es nada más y nada menos que una nueva versión de Sur le Fil (Black Session) ahora en violín.
Sin duda que Les Retrouvailles no es un disco que explore vetas desconocidas de Yann Tiersen, como si lo hizo en Tout est Calme, o las colaboraciones con Bästard (1999) o el recientemente lanzado junto a Shannon Wrigth (2004), sino más bien se dedica a crear melodías obvias y claras, de impacto inmediato con los que ya estén acostumbrados a su música, y que en partes recuerda a todos los discos de su discografía.
Discos:
Le Valse des Monstres (1995) -instrumental-
Rue des Cascades (1996) -instrumental, cantado-
Le Phare (1997) -instrumental, cantado-
Bästard (1997) -instrumental, en colaboración-
Black Session (1998) -concierto-
La vie rêvée des anges (1998) -soundtrack-
Tout est Calme (1999) -instrumental-
Amelie (2001) -soundtrack-
C'etait Ici (2002) -concierto-
L'Absente (2001) -instrumental, cantado-
Good bye, Lenin! (2003) -soundtrack-
Yann Tiersen & Shannon Wright (2004) -cantado, en colaboración-
Les Retrouvailles (2005) -instrumental, cantado-
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