Caminé toda la tarde hundiendo mis pies en el hielo y a pesar de mis gruesas botas de piel de iguana africana, el frío igual traspasaba y calaba mis huesos. A pesar del clima, muchos se congregaron esa tarde en el viejo árbol, esperando ansiosos a que comenzara la reunión. Desde ya casi 1 año que nos juntábamos todos los sábados en el mismo sitio, simplemente para compartir gustos o conversar sobre la vida…; creo que mis amigos y yo teníamos demasiado tiempo libre. Saludé a todos cordialmente e inmediatamente después llegó el jefe de mi agrupación, quien sin más preámbulo nos mostró un reno que traía atado con una cuerda. Él dijo que el reno se le había perdido a Santa Claus la noche anterior a la navidad y que llevaba un regalo consigo, que cuidaba celosamente y que tenía un don algo “especial” que no describió muy detalladamente. Después de la reunión, me acerqué al reno y comencé a platicar con él; me decía que Santa era un viejo barbón muy sabio y que lo peinaba con los mejores cepillos del polo sur o que los enanos de Santa fabricaban juguetes en base a miel de abejas y otras especias exóticas… Le tomé cariño y confianza al reno, pasábamos mucho tiempo juntos e incluso una tarde me mostró el regalo que cuidaba tan recelosamente; era un espejo con un marco caoba realmente hermoso, no podía hacer más que admirarlo, siquiera tomarlo entre mis manos , me daba temor romperlo… MaCk (que así le puse al reno) me prestó su regalo por una noche, con el compromiso de devolverlo en la mañana. Partí al otro día temprano a nuestro encuentro con el regalo en mis manos y sin darme cuenta tropecé y resbalé con el hielo haciéndome caer por un agujero entre unas ramas y otras porquerías más. Sentí como el espejo se rompía en mil pedazos azotándose contra una gran roca, quedando lejos de mis manos,… En eso llegó MaCk; sintió el ruido del espejo despedazarse y apareció casi junto a mi por arte de magia. Bajó y tomo su regalo, subió nuevamente y me vio triunfante desde una de las rocas. Abrió el regalo y el espejo totalmente fragmentado cayó en la nieve. Abrí más los ojos y vi que MaCk ya no era un reno, era un ser humano, un hombre como cualquier otro… Luego MaCk se marchó, caminando con sus dos piernas, ladeando su cabeza, silbando una alegre canción, cubriendo sus orejas del frío, dejándome en ese lugar… Salí como pude del agujero y llegué arrastrándome hasta los trozos del espejo que se encontraban en la nieve. Vi mi reflejo,… siempre había sido MaCk, un pobre y despreciado animal…