Tiesas las pupilas ante el espectro de la ciudad dormida a las siete de la tarde de un sábado normal...
Y empiezan a llenarse de lágrimas...
Una mujer abraza a la niña que no fui...
Irónicamente el reloj me dice que me llegaron los otoños demasiado tarde, apenas me asomo al amanecer...
Mañana ya no vas a durar tanto... mañana será Domingo de Difuntos...
Texto agregado el 12-06-2005, y leído por 363
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