Inicio / Cuenteros Locales / Equivoco / XCVI
Hoy ya le sonrío a la lluvia de frente,
el cielo perdió su escamoso gris eterno.
Te podría decir tantas cosas en estas tardes,
donde todo el viento del mundo se amontona
en medio de mis sienes, contribuyendo al caos,
soportando todas las maldiciones que elegí.
Tu beso trajo esperanza, me dejo la muerte.
La muerte que se amontona en mi memoria,
la muerte que se desencadena tras cada futuro,
delante de las ventanas empañadas que acaricio.
Esa bendita muerte que me trajo a la vida,
que cortó con sus espadas mis silencios nocturnos.
Esa muerte que se escapa furiosa desde el ruido,
esa muerte que no puede vivir sin mis muertes.
Te saludo tendido en el lodo milenario,
con la lluvia limpiándome de tu vida, la que dejaste.
Me despido de tus manos más muerto que en antares,
más lleno de llagas sangrantes, presto para la selva.
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Texto agregado el 05-09-2003, y leído por 195
visitantes. (1 voto)
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Lectores Opinan |
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08-09-2003 |
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Poeta, leerte abre heridas en las certezas y en los sueños. Pero lo que no mata la esperanza la hace más fuerte. Saludo y agradezco tus bellezas desgarradas. Lenore |
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