Cómo poder decirte que mi corazón no deja de sentir... que cada vez que tu mirada se posa en él, los recuerdos brotan desde la inmensidad de mi alma
Recuerdo mis manos arrancando el pasto fresco, recuerdo el exquisito ruido provocado por la raíz desprendiéndose, recuerdo tus ojos puestos sobre mi y tu mano sobre la mía, que funcionaba como un imán para mis ojos, para que fueran en busca de los tuyos, a encontrarse en una mirada cómplice y mis mejillas rosadas...
Mi corazón latía desde entonces, latía de felicidad por lo que había conseguido, latía con más fuerza que nunca...
Tu tiempo se hizo también el mío, tu espacio mi aire, tu respiración mi alivio y tu mirada... tu mirada...mi descanso.
Mi ser necesitaba de tu espíritu, que llenaras mi alma de colores, que despertaras emociones, que me hicieras nacer.
Tu cabello hermoso, como tu alma, llena de vida y de amor por entregar, tu espíritu inquieto y curioso, tu ser...unos niños revoloteando dentro de ti, esperando por salir...y yo esperando...esperando por ti.