Esta noche hemos estado juntos en mis sueños, te he visto en una tienda de disfraces, tal vez signifique las tantas caras que tiene la vida que nos rodea.
Primero he visto a tu madre, y la he esquivado, tenia miedo, una sensación de inseguridad me ha atravesado en ese mismo momento y me he escapado de su campo de visión, que en mi sueño es el mío.
De repente has aparecido delante mío, tal y como te recuerdo, te has acercado y te he saludado, me he sentido bien cuando me has devuelto el saludo y hemos empezado ha hablar.
He observado que en tu rostro había marcas, y te he preguntado, me has dicho que tu pareja te pegaba y me he puesto triste, nos hemos besado y te has marchado, con tu marcha una parte de mi se ha ido contigo, no quería despertarme pero lo he hecho.
Ahora estoy despierto y me siento culpable de todo lo que paso, del comienzo que no tuvo que comenzar, del tiempo que pasamos juntos que no tuvo que pasar y del final de todo que fue lo único que tenia que finalizar.
Recuerdo el día que me llamaste diciéndome que sabias que ya no me querías, sentí un dolor absurdo porque tus palabras ya resonaban en mi cabeza tiempo atrás, lo bastante para que nos las hubiéramos dicho mucho antes, lo suficiente como para que no te hubiera echo tanto daño y tu tampoco hubieras perdido el tiempo con el personaje despreciable que era en ese momento, porque yo te quería pero no lo suficiente como para mantener la estabilidad de una relación como la que tuvimos.
No digo que no fuera bonito, ni que pasáramos momentos realmente agradables, pero creo que muy pocas veces tuve el pensamiento al cien por cien en ti. Si lo hubiera tenido de mi mente hubieran desaparecido esas sirenas que me separaban de tu atracción gravitatoria, por que fuiste en muchos aspectos como un mundo desconocido para mí, te acercaste tanto a mi que yo no tuve que aproximarme a ti, jamás te conocí como tu te mereciste en todo momento.
Solo cuando te marchaste fuera y yo me quede en mi caparazón, ajeno a todo lo que sobrepasara a mi campo visual. Noté todo lo que me ocurría, sentí realmente lo que no podía ver cuando estabas a mi lado.
Todas las disculpas del mundo quedan pequeñas cuando salen de mi boca y entran en tu cabeza por ese oído que me perteneció durante aquel tiempo y que ahora se cierra ante mis palabras.
Creo que no existe tiempo para cicatrizar las heridas que te hice y que sufro en mi mente.
Estoy sentado y siento que el sueño me ha mostrado lo ruin que fui y que soy, pues sabiendo todo desde un principio no hice nada.
Esas heridas que tenias en la cara durante nuestro encuentro en el sueño las cause yo, fueron fruto de mi ansia de olvido, de sentimientos contradictorios que tenia contigo, de mi confusión, de mi inmadurez.
Espero que seas feliz.