OH, BIEN
“Hay muchos idiotas en el mundo, tan pronto los reconozcas podrás evitarlos”
Según dicen “el tiempo sana todas la heridas”, pero para la ciencia el tiempo es una variable cuantitativa continúa, en efecto...es ETERNO. Mi vida no es eterna, y no estoy reprochando nada con esto porque no me interesa vivir tanto, sino lo suficiente para que el tiempo sane todas mis heridas.
Soy una persona demasiado sensitiva a la que todo le ocurre, y lo experimenta intensivamente. Todo lo siento profundamente. Y cuando tú sientes las cosas tan profundamente y piensas acerca de las cosas y de cómo te sientes, tú aprendes muchas cosas de ti mismo. Y cuando tú sabes de ti mismo, tú sabes vivir. Pero todo tiene un pero, o por lo menos yo pretendo encontrárselo, y para lograr saber vivir hay que pasar no sólo por cosas buenas y malas, sino también por cosas mejores y peores, por cosas que en mi caso el haberlas vivido en tan pocos años me han condenado a olvidarlas únicamente con la muerte.
Todos creyeron que después de “eso” yo estaba loco, y todo porque yo ya no andaba por ahí mascando chicle sino fumando, porque ya no leía chistes de revistas sino cuentos de suspenso, policiales y terror. Todo porque mi pelo teñí de distintos y extravagantes colores (verde, azul, rojo). Todo porque vestí ropa un tanto ajada, preferentemente negra y adornada con cadenas y tachas. Todo porque tatué en mi espalda la negación de Cristo, una cruz al revés. Todo porque oía, y aún oigo, música alternativa, de artistas poco conocidos, de canciones con mensajes negativos probablemente resentidos de la vida. Todo porque escribí, y aún también escribo, prosas narrativas acerca de las sensaciones y circunstancias que he vivido y quizás exagero, pero como dije antes, todo lo experimento intensivamente. Así que todo por ser un experimentador adolescente desconocido eternamente por sus padres que me han confundido con otro.
Todo por ser un hombre que dice lo que piensa, pues ese es el presagio de toda mi vida. “Si tengo algo que decir lo digo”, sin importar lo que venga.
Y no me cansaré de decirlo: “Es psicológica y químicamente imposible para mí ser feliz”. No fui hecho para este mundo, y repito que no tiene nada que ver con “eso” que me pasó.
¿Cómo crees que puedo sentirme si yo estaba bien cuando ellos creyeron que yo no lo estaba? Enviándome a terapia, la cual solo es buena si el terapeuta es bueno y si estás dispuesto a responder sus preguntas, me arruinaron. Y ahora necesito de eso porque ellos me forzaron a eso antes.
Y ahora, lo peor ya me ha pasado y estoy, digamos, “bien”. Ahora soy un adulto que tiene en sus manos el poder de acabar con todo lo que me ata a este cuerpo. Ahora siento que cualquier cosa que haga, nadie puede hacerme daño. No puede ser mi intimidad violada, no puedo ser humillado, no me pueden faltar el respeto. Si me respeto, y creo en lo que hago nadie puede tocarme.
“Oh, bien...que Dios perdone mi decisión”
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