Inicio / Cuenteros Locales / razorblade / HOMOPEDOFLIA INCESTUOSA
Me llamo Claudio, tengo 14 años.
Mi nombre suele evocar aquellos algodones en lo alto de luminosos cielos,
acolchonados vellones donde los ángeles retozan.
Pero en mi caso, mi nombre y mi imagen solo me evocan culpa,
Vergüenza de manos sucias, de pensamientos doloros
y mortuorios anocheceres sin estrellas.
Mi existencia se ha visto nublada por un grisáceo recuerdo.
El recuerdo de la tarde cuando mi padre mancho los algodones de sangre
desgarro los ingenuos vellones e hizo del cándido ángel,
receptáculo de pecados donde el crimen iza su bandera.
II
Recuerdo:
Aquella tarde la adolescencia era aun en mi alegre como un sol,
Mis rubios cabellos vibraban todavía en el aire, lo mismo que un millar de abejas.
Fue cuando él regresó de su taller. Estaba alcoholizado.
El bulto de su pantalón era muy notorio.
Pero yo no sospechaba nada.
Sus manos grandes y sucias de grasa tocaron las mías.
Supe lo que estaba pasando. Fue allí cuando sentí la cárcel del pánico
que se cerraba ante mi cara,
asegurando una condena de vitalicias cadenas.
Cuando vi su pene firme cual mástil en su cuerpo desnudo
recordé que mi fuerza era inútil al caso,
que las puertas de la calle estaban cerradas con llave
y que no teníamos vecinos.
Él me estrujó la inocencia y su boca sabia a licor cuando me besaba.
Entonces me precipite en un doloroso sopor de minutos como centurias
No deseo contar detalles
de su trozo viril de carne en mi virginal garganta,
de su estallido seminal en mi recto.
Ustedes sabrán entenderlo.
III
Ha pasado apenas un año. Mi único consuelo es la certeza
de que mi padre supo despertar en mí los anales placeres
y el delicado gusto por los falos adultos y definidos.
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Texto agregado el 09-06-2005, y leído por 163
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