Soy capaz de soñar con los ojos abierto.

Puedo escaparme de mi cuerpo, esté donde esté, e irme muy lejos a un mundo de fantasía, a un mundo de cuentos, a un mundo en que las cosas son lo que no son y no son lo que son. Puedo escaparme a un sitio donde las luces dejan de ser luces para convertirse en estrellas, donde las lágrimas son perlas emergiendo de la hierba, donde las risas se convierten en carcajadas contagiosas.

Puedo soñar con un lugar fantástico lleno de mil y una maravillas, como en un cuento de las mil y una noches, pero sin Sherezade, puedo soñar con pájaros de plumas de brillantes colores y largo pico, cantando una nana a la sombra de una palmera, puedo soñar con un mar de color rosa y nubes de espuma haciendo surf sobre las olas. Puedo soñar con sirenas de escamosa cola que se peinan al anochecer mientras miran el horizonte y esperan al caballero que, medio ahogado y con la boca llena de peces, les prometa amor para poder conseguir sus piernas. Puedo soñar con un cielo del color del arco iris y al final el caldero lleno de monedas de oro que jamás nadie pudo encontrar. Puedo soñar con un árbol de cuyas ramas en vez de hojas cuelgan estrellas y que entre ella mece a un niñito tan chiquito, tan quichito que puede dormirse en un dedal, puedo soñar con un caballo alado de crines del color oro y plata que vuela sin alas por encima de las nubes que parecen algodón de azúcar. Puedo soñar con una casa tan grande como un castillo pero tan pequeña que si juegas al escondite solo necesitas contar hasta 10 para encontrarme. Puedo soñar con un príncipe encantador, que no encantado, y que en vez de montar en un equino lo hace en un dos caballos.

Puedo soñar con una flor de miles de pétalos de colores y que al tocarlos al amanecer el viento, suena una obra de Litz. Puedo soñar con una lluvia que en vez de mojarte te cubre de purpurina de colores según el color del cristal con que se mire. Puedo soñar con un río tan ancho que parece un mar y tan profundo como un catalejo de ver de lejos y que puedo cruzar de un solo salto con solo desearlo, Puedo soñar con un día que empieza y no acaba y una noche que acaba y no empieza. Puedo soñar con una montaña que bosteza perezosa mientras se estira intentando tocar el sol.

Puedo soñar con una manzana de un rojo tan brillante que deslumbra a quien la mira y que cuando la muerdes te entran ganas de cantar. Puedo soñar con una princesa de larga y rubia cabellera que se la corta para llevar la contraria al príncipe del cuento que la ha tocado vivir. Puedo soñar con una bruja que en su caldero, en vez de hechizos mágicos, hace caramelos de caprichosas formas y sabores.

Puedo soñar con un mundo en el que no tengo que estar dormida para soñar, en el que puedo soñar con lo que yo quiera sin poner trabas a mi mente y a mi imaginación. Puedo soñar que soy lo que quiera, cuando quiera y como quiera, que no tengo límites y que soy capaz de llegar tan lejos como los sueños. Que puedo tocar las estrellas con la punta de mis dedos sin ponerme de puntillas y viajar sobre una nube hasta llegar más allá de mis miedos.