En otro día en yoga hicimos un ejercicio. La profesora nos dijo:
- Con los ojos cerrados tenéis que imaginar un sitio real, vale cualquiera, en el que vosotros os sintáis protegidos, seguros, acogidos, a gusto, relajados, un lugar en que os guste estar, en el que deseéis ir y volver una y mil veces, siempre que necesitéis sentiros bien.
Yo cerré los ojos, y pensé
– Bueno vamos a ver que se me ocurre.
Pero no tuve que pensar nada. Al instante ese lugar acudió a mi mente. Ese lugar maravilloso eran tus brazos.
Fue muy fácil imaginarte delante de mí con los brazos abiertos y una gran sonrisa invitándome a acercarme a ti.
- Vais caminando despacio, acercándoos.
Yo era incapaz de ir despacio corría como el viento para poder estar lo antes posible entre tus brazos.
- Ahora pensad como entráis
Fue realmente una sensación maravillosa sentir como llegaba hasta ti, me refugiaba en tu pecho y tu cerrabas tus brazos en torno a mi cuerpo, como tu barbilla se apoyaba en mi cabeza, como me dejaba llevar, como sentía que todo daba vueltas a mi alrededor, a nuestro alrededor.
- Tenéis que pensar en los colores de ese lugar.
El color de tus ojos cuando me miran, el color de tu pelo cuando paso mi mano por él. No era capaz de descubrir más colores que no fueran tú. En ese momento no existían más colores.
- Que venga a vuestra memoria el olor de ese sitio
Tu olor, el olor que tengo grabado en mi memoria cuando todos los días hundo mi cabeza en tu hombro y cierro los ojos para guardar cada nota de ese olor. El olor de tu piel, el olor de tu nuca, el olor de tu pelo. Cada poro de mi piel se impregna de ti. Mi mano huele a ti, porque la has retenido entre las tuyas. Huelo a ti, a tus besos.
- Hace frío o calor?? Que sentís?
La sensación calida de tu piel cuando esta pegada a la mía, el calor que me provoca tus besos cuando tus labios tibios buscan los míos. Los escalofríos que me producen tus manos cuando acarician mi cuerpo. Mi piel se eriza solo de pensar en tus caricias, en tus besos…………..Siento calor cuando me acerco a ti y siento frío cuando me alejo.
- Es de día o de noche?
Que más da que sea de día o de noche cuando en tus brazos las horas se pasan como si fueran segundos por más que intente parar y atar los cabos del tiempo de mil y una maneras. Que más da cuando lo que yo quiero es estar pegada a ti día y noche, cada minuto, cada segundo, toda la vida, durante toda la eternidad sin fin.
- Que sentís?
Que siento? Siento que se me escapa el corazón para atarse al tuyo. Siento que mi alma se duerme entre tus brazos. Siento que mi vida deja de ser mía para ser tuya. Siento que vivo y me muero por ti.
- Poco a poco os preparáis para abandonar ese lugar. Un lugar al que sabéis que siempre podéis volver.
No quiero que se acabe esta sensación. Aunque sea un sueño no quiero que se acabe. No quiero, a pesar de saber que puedo volver a el en sueños y en la realidad. Pero es que no quiero perder ni un segundo de mi vida sin sentir lo que siento en tus brazos.
Mañana podré volver a sentir lo que he sentido pero entonces no será un sueño porque serán tus brazos, tu olor, tu calor los que realmente me abracen, me acaricien y llenen mi vida de ti como cada día. Como cada año, como cada vida.
|