El rubí o el cristal más delicado de este mundo, no se compara con tu delicado ser de niña inocente.
Mi pequeña perla delicada, mi pequeña luz que sigo a todas partes. Eres la niña de mis ojos. Tu pequeño cuerpo de bebe aun, ilumina mi habitación, al despertar y encontrarte a mi lado. Sin tan solo tuviera palabras para explicar todo, lo que se viene a la mente, al cerrar mis ojos, cada noche contemplándote a ti, y por la mañana abrirlos, y sentirse mas que feliz, de tenerte un día mas conmigo, y que sigas siendo mi niña de siempre, y mas aun teniéndote con vida. Mi niña, cada día que pasa dejas aun mas de serlo, y se que un día, no muy lejano solo te veré como mi hija, que ha crecido, y creemé que mi corazón, por muy dura que sea esa realidad, esta resignado a que los hijos no son regalados solo son prestados. Dios te mando a mi vida, para que mi trabajo solo sea guiarte, y enseñarte el camino correcto por el cual debes caminar, y aprendas a caminar por el y cuando llegue ese día, mi misión será, solo observar como avanzas, y aconsejarte en tus tropiezos. Te amo como cualquier madre que ama a sus hijos y lo da todo por ellos, pero la triste realidad es tener que dejarlos partir, ya que nada es para siempre…
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