EL CIELO EN LA TIERRA
Geografìa mágica.
EL HECHIZO DE LAS ENCANTADAS
Las leyendas sobre entidades femeninas que, víctimas de un hechizo o de una maldición, han quedado atrapadas en un determinado paraje arraigaron desde tiempos antiguos en toda la geografía española. Su presencia aparece asociada a lugares de poder y casi todas ellas presentan el mismo modelo mitológico, que evoca la estampa de las ninfas y otras deidades menores de la Grecia clásica. Son bellas, atusan sus rubios cabellos con peines de oro fino y, sobre todo, esperan a un hombre que las libere de ese cautiverio.
Pocas leyendas presentan una vitalidad similar. Desde tiempos remotos son incontables los lugares de España que se han convertido en escenario de relatos sobre una mujer encantada que espera el momento adecuado para sorprender a un hombre con un enigma, al que éste tendrá que responder acertadamente para liberarla del hechizo.
Las encantadas responden a unas características que resultan significativamente similares.
• Son mujeres de deslumbrante belleza.
• Tienen cabellos rubios que atusan insistentemente con un peine de oro, independientemente de la región española donde tengan su morada y se haya desarrollado su leyenda.
• Residen en un paraje natural, en general rodeado por vegetación, donde han quedado aprisionadas por un hechizo o una maldición lanzada contra ellas. Habitualmente se trata de lugares de poder con fuerte carga simbólica: cuevas y lugares asociados al agua, como ríos, pozas o manantiales.
• Puesto que su mayor deseo es romper el hechizo, se aparecen a un hombre que pueda obrar el milagro de su liberación. Casi siempre el varón elegido es un pastor.
EL SECRETO DE SUS RUBIOS CABELLOS
El cabello rubio y el peine de oro reflejan claramente un mito solar. Por este motivo, las encantadas presentan otra característica: hacerse visibles en la noche o en la madrugada del día de San Juan, el 24 de junio, una fecha mágica que las asocia a la memoria de los cultos paganos a la divinidad solar, cuya veneración solía manifestarse en la festividad del solsticio de verano.
Esta efemérides señala el día más largo del año, que simboliza el triunfo de la luz a través de la plenitud del Sol. Por eso, en la fiesta de San Juan el fuego adquiere un notorio protagonismo, con el salto de hombres y mujeres por encima de las hogueras.
En la tradición popular, tanto la noche de San Juan como el amanecer de este día gozan de una magia especial.
Autor: JOSÉ ANTONIO INIESTA
Fuente: Año cero.
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