Sabia que ella estaba ahí, o por lo menos cerca, su olor de feromona de belleza rosada, su tacos casquillando sobre el cemento, me di la vuelta y era ella, con sus ojos diurnos de mirada de alquitranada, boca pequeña y perfectamente dibujada sobre una línea que se perdía en los pómulos de ámbar, su cabello suelto caía sobre sus hombros anacrónicos para su edad, pero risueños con el viento - se dejaban volar. Sus pasos cortos, pero seguros, se dirigían hacia mi, antes que ella llegara, llego la visión de sus manos de dedos de alfiler con las uñas pintadas que dejaban reflejar el sol, me miro con esa forma intima de amar sin caricias. No la había visto hace dos siglos, su vos se perdió entre los susurros de vientos y motores de vapor, su piel de alquimia y magia, se pintaron de color esencia, de color olvido, pero quedaron sus pasos, su aroma de jazmín, la sensación de brisa de amanecer, la certeza de la angustia, y ahora después de verla desde el otro lado del universo vació, se quebraron mis escudos de sal, se discurrieron los minutos hacia atrás, y mi alma quedo desnuda en medio de la oquedad, mi cuerpo se amorató nuevamente de dolor, mis heridas se cerraron con pimienta y sin vendas la sangre que borboteaba desde mi corazón palaciego, se coagulo en el preciso momento de verla parada frente a mi, sin mas mascaras que su presencia de mujer, mujer en el sentido amplio y real de su genero, de hembra corpórea, y no como la veía hace mas de dos siglos, mujer agónicamente igual a la perfección, perceptible ante mis confundidos ojos, como deidad de nubes, sublime y delicada como agua de arroyo transparente, limpia e intransmutable, no había comparación ni con musas, ni divas, ni aun con diosas griegas o latinas, era cosmogónicamente la delicadeza de la mejor obra de un ente superior, quien quiera llamarlo Dios, yo simplemente lo identificaba como su creador, pero ahora la tenia frente a mi, con su piel y carne como la mía, con errores y fracasos como los de las heroínas, no perfecta, pero si real, no brillaba como el oro, pero si podría brillar por si sola, no se si me podría amar, pero se que podría ser aun lo mejor que ame, aun así como la veo ahora, tan solo mujer, tan solo humana. |