Anoche, alrededor de las 2:00 horas (hora de Cancún) subí esta columna en el espacio que cada miércoles vengo utilizando desde que este proyecto se puso en marcha. Mi presencia aquí obedece a la invitación que amablemente me hicieron Hache y Blanquita, creadoras y coordinadoras de La Columna. Sin embargo, a alguien parece que le ha molestado, ya que este miércoles he encontrado, con sorpresa, la desaparición del texto. Con mi enérgica protesta, que llevaré a otro foro de esta página debido a la gravedad del caso, vuelvo a colocar el texto escrito por Maravillas, como invitada esta semana.
Atentamente: Borarje
El libro infinito: literatura dentro de la literatura
Dice Virgilio López Lemus que Miguel de Cervantes Saavedra escribió una suerte de “caja china” en su obra “Don Quijote de la Mancha”, por tener relatos dentro de la novela, variedad de géneros en relación ínter-textual con el cuento y la poesía, y hasta el propio ensayo, haciendo de ”El Quijote” una suerte de enciclopedia narrada, con la intención original, se cree, de burla contra las novelas de caballería.
Leía hace poco la afirmación del escritor checo Milán Kundera, quien afirma que los novelistas no le deben nada a nadie, salvo a Cervantes. Esa virtud entre tantas otras, tiene “El Quijote”.
La batalla entre Quijotes y Antiquijotes, sigue abierta; entre soñadores y realistas, entre innovadores y conservadores, entre revolucionarios y reaccionarios, parece ser un paradigma de la especie humana. En “El Quijote” se suceden las “aventuras” del apaleado y del que apalea, del que apoya su aventura y del que lo toma por loco, del que quiere cambiar el mundo y hacer la justicia, y de los que se mofan sin cuestionarse ni debatir la verdad relativa, más allá de las verdades absolutas. La batalla de “El quijote” frente a los molinos, o frente a la realidad toda, desde el punto de vista del soñador, es por donde transita el lector en este libro.
Leer “El Quijote” es adentrarse en la política y en la filosofía. Cervantes con su visión de hombre de mundo fue trazando una novela sobre la caballería andante, sobre la fe en el amor. Una realidad en ficción y viceversa, de la que se desprende lo que hay de “eterno” en la especie humana.
Virgilio nos invita a una lectura deliciosa que debemos leer sin el temor de creerse intelectualmente inferiores, o de menguada cultura; sin recelo a su calificación: obra clásica, obra aburrida; sin miedo a la extensión de sus páginas, por falta de hábito en la lectura. Es un libro concebido para todos, divertido. Una perla del idioma, la más divertida escrita en lengua castellana. Una obra que a todos nos puede mejor en nuestra conducta o sensibilidad estética.
Y en su estudio afirma que “El Quijote” se nos vuelve un libro de libros. Una suerte de antología de todos los modos, modas y formas narrativas e incluso poéticas (unos 50 poemas de muy variada estructura a lo largo del libro). La intensidad de la obra y de la vida demuestra que no hay nadie inútil, que ninguna vida está de más, sobre todo si se es de provecho. Por sus obras los conoceréis, reza el Nuevo Testamento.”
Para todos vosotros. Maravillas
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