- Sí, vendo flores, no, no vendo rosas ni girasoles espléndidos, tampoco claveles o margaritas. Yo vendo flores sin nombre, sin raza, sin raíces perpetuas. Claro, hay las que tienen espinas, pero no como las que aparecen en las historias medievales de amor; éstas son delgadas y firmes, pueden infectar la piel de quien las reciba si no se sabe sujetarlas con cautela. Sus colores, bueno sus colores no son tan comunes, si las quieres rojas o blancas, quizá amarillas, puedes buscar en cualquier otro lugar, mis flores tienen tonos violetas o negros, pero no las robé del cementerio, las cultivé yo misma, es más, he cavado la tierra con mis manos, mi sangre las alimentó en días de sequía.... pero dime: ¿a quién se las vas a dar?, ¿quién sería capaz de aceptarlas y acogerlas en sus brazos sin temor a lastimarse, o en el mejor de los casos tomarlas con precaución y colocarlas en un viejo florero que ya nadie usa para luego lanzarlas a la basura sin permitirles siquiera marchitarse con sus olores cada vez más perfectos?. No sé, creo que es mejor que continúes caminando, cerca de aquí hay una florería lujosa, tu dama se alegrará con las orquídeas o pensamientos emplasticados que le lleves... ¡ah! me lo hubieses dicho desde el principio, es una fecha especial, ¡su cumpleaños!. Debes estar entusiasmado, en tus ojos puedo ver que te importa mucho, más que la navidad que se avecina. Es diciembre, los precios de las flores decaen, ya nadie regala flores en esta época, es mejor alegrar las casas cortando árboles y plantándolos en arena que no pueden comer. Las luces multicolores y los gorditos de barba blanca son los dueños de este mes, en tu caso es mejor, podrás comprar un ramo gigantesco, tu dama estará feliz de recibir tus sueños comprados para ella, solo para ella. Anda, no pierdas más el tiempo, se acerca la noche y las puertas se cierran para evitar la entrada de sombras andrajosas. A sí, por su puesto, yo me quedaré muchas horas más, aunque no venda mis flores, debo entregárselas a quien me las pida para decorar un balcón necesitado. Si te quedas más tiempo puedes atrasarte a tu cita, además la densidad de este aire puede ensuciarte el traje, tu dama debe estar impaciente. ¡Vaya!, quieres que te siga hablando a cerca de mis flores, claro que no me molesta, el tiempo no es una de mis leyes. En fin, mis flores son las flores de un abismo, un lugar adornado con la media luz de los ritos, allí suelo danzar largas horas, mis bailes liberan mi esencia, es como soñar en cuerpo y alma. También acostumbro a jugar a que soy una reina, un mendigo, una niña dulce, una anciana malhumorada, o simplemente un marinero en busca de una isla donde dejó su tesoro. Entonces mis flores aplauden, me miran sonreír y volar sin alas, no se sorprenden, también ellas saben volar. Cuando llega el día de cortarlas, no se ponen tristes, es su destino, su naturaleza, saben que tienen que irse, que alguien las espera para darle vida a una ilusión, esa es su meta: despertar con sus formas únicas a todo aquel sentimiento de libertad que se encuentre amordazado con los gritos inútiles de las falsas verdades. No, no cuestiones sus razones, tampoco las aplaudas, mis flores están hechas de juicios desnudos, no admiten disyuntivas, nacieron con un solo propósito: ser sentidas-.

-No pediré un ramo de tus flores, te ruego que me las vendas todas, pero no me mires de esa forma, quítate del rostro ese gesto de intriga y desconfianza del todo innecesario, tampoco me cuestiones, simplemente se decirte que en este instante nadie necesita tus flores más que yo. Y no, no me las des, son para ti. Quién sino tú podría merecer flores con alma, quién sino yo sería capaz de soñar que mi dama eres tú... ¡Feliz Cumpleaños!-

Darwin Torres.

07 / Dic / 97.