La “Otra”es una mujer paciente, probablemente hermosa, pero que vive en la sombra sin ser vista. La “ Otra “se siente indigna consigo misma, con la sociedad. La Otra es una mujer que ama, que clama por tiempo extra, la “Otra” duerme siempre sola, llora en silencio, se retuerce en su veneno, espera, cree, confía. La “Otra” comparte a solas un domingo gris, una fiesta familiar, un día cualquiera.
La “Otra” es una mujer como cualquiera, no una una mujer cualquiera. La “Otra” cree, cree en lo que siente, en lo que se le promete, cree que algún día será protagonista en la vida del otro, de ese otro que ama con dolor y con el mutismo de la clandestinidad. Ella sabe de pasiones, de besos encendidos, de largas horas de escucha.
La “Otra” es siempre la “Otra” y el gran desafío que se le presenta es seguir siendo la “Otra” o ser ella misma, con todo lo que cree que merece.La “Otra” llega un día a una encrucijada y debe elegir pertenecer al mundo de las sombras o abrirse a la luz y darse permiso para brillar con todo lo que ello implica. Porque en el animarse a ser ella misma probablemente y seguramente esta implícito jamás ser elegida. Ser ella y dejar de ser la “Otra” la deja nuevamente batiéndose a duelo con su soledad... acaso no lo estuvo siempre?.
1. La “Otra” quiere tener coraje, quiere dignificarse, redimirse a sí misma, porque sabe que nadie lo hará por ella. La “Otra” mas tarde o más temprano con la certeza de haberse zambullido por entero a la experiencia decidirá por ella, y no por el otro. El cansancio de la espera, lo va sintiendo en el cuerpo, lo va notando en él animo, los demás lo van adivinando en su mirada, y entonces un día prefiere soportar el duelo de un adiós con dignidad que perderse a sí misma