Hoy he despertado y sentí un profunda ausencia al encontrar tu espacio vacío entre los pliegues de mis brazos que en vano rasgaban las sabanas buscando rastro tuyo, una señal que me acercara a ti.

Mi día aún no a comenzado, aunque el sol alumbre, mis ojos se niegan a verlo; los pájaros en mi ventana silban alegría que no percibo, mis oídos cerrados solo siguen las campanadas de despedida.

Desapareciste sin decir adiós dejando aún el aroma tibio de tu cuerpo en la habitación desierta, un profundo suspiro perpetuado en mis lamentos despierta sutiles lagrimas de extravío.

Quien pudiera comprender si el amor es solo un sueño o una realidad confusa, mis preguntas viajan en el aire sin encontrar respuestas que inunden la sensación de soledad.

Hoy me sentí desecho al no despertar en tus brazos, entre tus cálidos labios, junto a tu pecho lleno de cariño, saboreando la eternidad que en ese momento es nuestra.

Toco la sombra en las paredes que aún no desaparecen, sangrando mis manos en cada caricia, solo la vacuidad es presente, la alegría es pasado que recuerdo en mi pecho ajado.