Ayer fue un día sobrehumano. No recuerdo cuando fue la última vez que tuve que salir corriendo de un lugar atiborrado de gente. Estaban todos allí, como hormigas, pero sin labor aparente, todo daba vueltas y yo no podía moverme de mi sitio. No podía moverme, pero el mar humano detras de mi me arrastro con su inercia pesada y lenta. La temperatura subía por mis cuatro lados; el murmullo de la masa hería mis tímpanos, acostumbrados solamente al gracioso zumbido de los lápices y al monótona percusión de teclas. La dama de mis oscuros sueños reía con una modista, que muy coqueta sonreía enseñando sus nacarados dientes casi perfectos. Yo seguía siendo una anomia en medio del caos citadino de una tienda de departamento.

Estaba desorientado, iba de tumbo en tumbo y buscaba un lugar donde descansar. La dama de mis sueños oscuros me preguntaba algo y no le hice caso... esa bulla era atroz. El escenario no podía de ningún modo empeorarse, pensaba yo, pero en eso hizo su aparición por los parlantes del edificio en cuestión un ritmo tan lejano como horrendo. Su excesiva carga de bajos y de pobres almas que se esforzaban por hablar como chicanos, sin serlo, sumado a una maldita secuencia de percusión iba explotando en mi cabeza, compás a compás. Era inevitable.

Los bajos y el tum tum eran imposibles. La dama de mis sueños oscuros se convertía en una visión borrosa en mis ojos. Me iba encogiendo, mientras en mi cabeza una arteria estaba soportando toda la presión de la atmósfera... DE MIL ATMÓSFERAS. Algo paso en mi cabeza... todo se puso verde, luego rojo, mientras me iba desvaneciendo con las carcajadas de mi dama de mis sueños oscuros explotando una tras otra en mi cabeza todo tomó un tono amarillo o naranja. Yo ya estaba inconsciente en el suelo.

Tuve un sueño... qué hermoso sueño. Las aves volaban, Fuijimori estaba muerto, y en eso escucho un "¿Cielo?". Abrí los ojos y la dama de mis sueños oscuros estaba a mi lado, me reconforto eso, pero en eso me pregunto: ¿Esta blusa, es mejor en negro o azul?

Todo seguía como antes, inclusive el perreo que escuchaba.