Madre, esposa, mujer soñadora,
Que te has transformado, de niña en señora,
Tu trabajo empieza, al nacer la aurora,
Para tu descanso, no existen las horas.
Madre, mujer, la amiga mejor,
Dejas de lado las penas, tristeza y dolor,
Defiendes a tus hijos, con mucho valor,
Estás siempre dispuesta, a dar todo tu amor.
Madre, compañera, la más sacrificada,
Siempre tan alegre y por mí tan dedicada,
A pesar de mis faltas, nunca te veo enojada,
Serás para siempre, la mujer más amada.
Madre, mujer, la más fiel compañera,
Para ti no existen, tiempo ni frontera,
Si a casa llego tarde, tú siempre me esperas,
La madre más hermosa y la mujer más sincera.
Madre, compañera, la que a veces se disgusta,
La que al verte apenado, no te hace mil preguntas,
La mujer que ante el miedo, no demuestra que se asusta,
La madre, compañera, la amiga más astuta.
Madre, amiga, mujer maravillosa,
En mis ojos de niño, eres como una diosa,
Como princesa de cuento, eres la más hermosa,
Quiero hoy regalarte, un gran ramo de rosas.
Gabriel Santiago Carrasco
San Bernardo, 12 de mayo de 2002.
13 de noviembre de 2017, mi viejita partió de viaje, para reunirse con sus padres, hermanos y sus seres queridos. ¡Cuánto te vamos a extrañar!...
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