Anécdotas de una ñurda
Capitulo cero
Are you lokin for the mother love? Ah! No? No my child, this is not my desire...
Siempre camino mirando el suelo, creo que me da un poco de cuco andar mirando las caras de las personas en lugares que conozco, debería ser al revés, pero me da pánico el observar una cara desconocida conocida observándome, ¿se reirá de mi caminar?, ¿se preguntara que estudio?, no lo se. En cambio, si camino por la calle, me gusta observar las caras dudosas, preocupadas y llorosas de las personas, creo que al mirarlas las abrazo psicológicamente con mi karma, eso desearía algunas veces, mas que otras.
Un día decidí abrazar a alguien desconocido conocido.
Mi auto cambia las luces al otro auto para que se fije del desvió en el camino, mas cerca me doy cuenta que es un camión, lleno de carga y que va con los frenos cortados.
Un choque, un herido y mucha carga desperdiciada, soy la enfermera que esta cerca, soy la ayuda que llego primero, miro al herido a los ojos y lo atiendo.
En la ambulancia le acaricio la cabeza para que no se preocupe, esta muy mal y yo muy bien, lo trasladamos al hospital donde trabajo y lo atiendo periódicamente. Llega la medico de cabecera a examinar, todo bien, mi paciente se va nuevamente y es feliz en su camión nuevo.
Mas carga que la vez anterior, llega nuevamente a mi boxer sangrando, le dije que aquel camión no era el adecuado y le recete andar en camioneta acompañado de una enfermera.
La diferencia es que esta vez, mi internado me ha llevado a la neonatología y tengo que dejar solo a mi paciente, pero le digo que la doctora de la otra vez lo atenderá.
Meses después, decido volver a la unidad de emergencias, mi karma necesita ver esas caras llorosas para abrazar, y me entero que el chofer de camión maneja la camioneta que le aconseje, pero acompañado de la doctora que no le recete.
Termino mi internado y me llaman al servicio militar, hay una guerra pendiente.
Nuevamente retorno a la batalla, mi guerra médica fue un fracaso, aquel chofer de camión tenía el humor característico de todos los chóferes, nunca sabes cuando las bromas son una razón, cuando son verdad.
Y yo no puedo estar curando a heridos que no saben actuar.
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