El rasgo que tienen tus ojos me salpica, baila con mis pies y me roba las ganas del sueño, precisamente ahora que amanece y más necesito dormir, si queda pendiente de un hilo sobre la vacía cama el intento de tenerte aquí y pienso si no estás conmigo, si tentar a mi suerte siendo el guardián de nadie será suficiente, sin ti.

La forma de tus manos al tocarme, me da vueltas en esta necia mente que te imagina aquí, mientras recuerdo tu cuello y mis lágrimas rotas de tus dudas no suenan al caer en esta aún oscura habitación que no me permite negarlo todo, y llega entonces el presagio del día.

Duerme todavía mi amor herido y sin barreras te pido que me hagas un hueco en tu mente, y quisiera ser la presencia que te llenara como el mar el pecho y el alma, del más grande amor en un solo momento en que no amanezca solo, sólo sin tí a mi lado.