CALZAS DE FANTASÍA ENCIMA DE PANTYS A MEDIO RASGAR
El mocito de ojos tristes y piel canela, se ajustó sus calzas de fantasía encima de las pantys a medio rasgar, -será una noche larga- pensó, mientras el cansancio le asaltaba en sueños y lo obligaba a necesitar un buen trago.
Se sentó de costado frente al espejo y se maquilló con cuidado cualquier huella amenazante, -patético-, se dijo mirándose de reojo, sin embargo, acabó su trago y salió a toda prisa por la estrecha puerta del conventillo, decidido a adentrarse en las tinieblas de las calles frías, perdidas en el laberinto de la gran ciudad.
En su esquina de costumbre le esperaba el desprecio y la molestia del resto de las rameras, lo sabia, ¿envidia?, ¿oferta y demanda?, ¿los clientes que se acaban?, quizás... sin embargo por ahora tenía otras cosas en que preocuparse.
La entrega carnal de cada jornada, tanto amor fingido, tanta caricia obligada, comenzaba a carcomer sus mentiras. Como soliloquio en susurro al destino no le falta ironía, y termina siendo un narrador hipócrita, que se describe en marañas de febril falacia.
El mocito de ojos tristes y piel canela comienza su jornada esperando el amanecer, ya que es cuando todo termina y debe irse a casa, entrar en puntillas y encamarse con quien realmente quiere y ama en secreto... otro mocito que al igual que él se gana la vida, ajustando sus calzas de fantasía encima de las pantys a medio rasgar._
FIN
Por
Tom R. Vera Correa. |