Mi invierno no se parece al suyo. El suyo tiene nieve. El mío no la tiene. En el suyo hace frío. En el mío no. Su invierno se parece a una película en blanco y negro. Su invierno sólo está detrás del ventanal. El mío, en cambio, está en todas partes. Lo noto en el corazón, lo noto en las yemas de mis dedos...
Mi invierno es un infierno. Es gris. A veces transparente. Pero siempre, humedo. Llora. Calla. Me mira. Vuelve a llorar.
El suyo huele a nieve y a hogar. El mío a soledad y a polvo mojado. El suyo sabe a café con leche dulce. El mío a café solo amargo.
El suyo está esperando la Navidad. Al mío todo le es indiferente.
El mío sufre. El suyo está feliz. El mío duele. El suyo acaricia. El mío me cubre por las noches con su manta de melancolía y después se sienta a mi lado para observarme dormir y dormirse en mi almohada.
En mi invierno falta él. En el suyo no falta nadie.
Su invierno está lejos del mío. Me es ajeno, me es lejano, me es odiable. Tengo celos de su invierno. Celos desesperados.
...Y después de su invierno llegará su primavera. Mi invierno, en cambio, es eterno.