__En la clínica del Dr. Martinez.
Desde el momento en que recibí la fecha en la cual debía presentarme en la clínica del Dr. Martinez los dolores de estomago se volvieron más agudos.
Faltaban siete días para la fecha,pero las dudas y la esperanza de que todo salga bien hicieron que los mismos parecieran siglos.
Tenia tantas cosas para hacer que temía no alcanzar a terminarlas. Mí escritorio abarrotado de papeles y de correspondencia por contestar exigía a gritos un poco de atención ,en el jardín el césped ya casi cubría a los rosales, y del cobertizo mejor ni hablar.
Durante la semana el teléfono no dejo de sonar.
Parecería como que todos se hubieran puesto de acuerdo para telefonearme.
Hasta Carlos , que hacía meses no sabia nada de él,de pronto decidió invitarme a
pescar el próximo lunes.Justo ese mismo próximo lunes.
El despertador no alcanzo a sonar ,lo apague veinte minutos antes que suene.
Después de afeitarme y de una despabilante duchatomé un frugal desayuno y salí hacía la clínica.
Esa mañana la ruta estaba especialmente llena y llegar al centro no fue cosa fácil. Ya al salir de lacochera todo empezó a complicarse ; el camión de la municipalidad recolectaba los verdes contenedores,llenos del fin de semana, uno a uno,sin apuro ; en la esquina del correo central un colectivo había chocado con un automóvil rojo.
Pensé que hubiera sido mejor quedarme en casa y terminar todas esas cosas que siempre esperan su "mañana ", pero no .Yo debía estar a las diez en la clínica del Dr.Martinez y no podía fallarme a mi mismo.Había dado mí palabra y debía cumplir.
Al fin después de una hora de enbotellamientos logre estacionar mí viejo Ford en un aparcamiento pagó,sin prisa recorrí los doscientos metros hasta el edificio , subí las escaleras hasta el segundo piso,allí quedaba la clínica.
El Dr. Martinez era un excelente especialista y su sala de espera estaba por lo general colmada de pacientes .Esa mañana también, como afuera la ruta,estaba más llena que de costumbre lo que me produjo aún más tensión.
Me paré en la antesala consulte la hora en mí reloj de mano.Treinta minutos de atraso me alejaban de las diez de la mañana y una maciza muralla humana , de "impacientes" pacientes me separaba de la puerta del consultorio del Dr. Martinez.
Respire hondo y tomando coraje avancé a paso firme hacia aquella puerta.Unos diez o quince pares de ojos se clavaron en mis ojos. Un frío atroz me bajo por la espalda.Intente balbucear unas palabras que se perdieron bajo el tono acusador de
las voces de los presentes,quise explicar que tendría que haber llegado a las diez,pero que por el pesado tráfico me demore,quise decir que el Dr. Martinez me había citado especialmente a esa hora ,pero las reclamantes voces me lo impidieron.
Una señora mayor se quejaba que ella espero meses por ese turno y un señor pasado en kilos me dijo que si me había demorado era problema mío y que el no
pensaba renunciar a su horario .
Otros dos hombres se encaminaron hacia mi.
Por suerte en ese momento se abrió la puerta y la figura paternal de Dr.Martinez se dirigió hacía mi y dándome un fuerte abrazo se dirigió a sus pacientes y con voz ceremonial les dijo: " Señores y señoras conozcan al Dr.Martinez junior,desde mañana el sera oficialmente mí reemplazante '' .
© Norberto Adrian Mondrik.
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