Hace un mes que ella se fue y aún logro percibir la caricia de su cabello suelto, cierro los ojos y llega hasta mí el sutil aroma de su piel. A veces pienso que sigue junto a mí.

Hoy desperté en plena madrugada con un sentimiento de opresión en mi corazón, me faltaba el aire y me acerqué a la ventana... ahí, quise encender un cigarro pero la pequeña luz del cerillo iluminó mi cama vacía... los recuerdos llegaron de golpe.. me lastimaban...

Es ahora cuando vienen a mi mente los momentos que negaba totalmente la presencia de Dios ante nuestras míseras vidas, no podía creer en “algo” o “alguien” que no podía ser visto, mucho menos podía comprender sus (...dicen...) extraños caminos.

Una hermosa tarde lluviosa de primavera miré sus ojos por primera vez, los mas grandes y hermosos ojos que jamás había visto. Su sonrisa fue espontánea y ligera, los labios dibujaban un beso eterno en el alma. Su cabello mojado se mecía suavemente imitando las hojas de los árboles que bailaban con el viento... Toda ella era una poesía en concordancia con la naturaleza... ahí comencé a amarla...

Fue hermoso empezar a creer en Dios... ¿Cómo no creer en el viento que no se puede ver pero se siente?... ¿Cómo no creer en el amor que nadie ve pero hace al corazón crecer de alegría o... de dolor?... ¿Cómo no creer en Dios que puso ese ángel en mi camino?

Tres años viví en sus ojos, tres años de besar su piel, tres años de felicidad inmensa...

No he dejado de creer en Dios... simplemente le doy gracias por permitir que siga admirando esos hermosos y más grandes ojos que haya visto jamás, esa sonrisa que dibuja un beso eterno... Eso me dejó cuando se fue... El más hermoso recuerdo que algún día me hará abuelo.

... Hace un mes que ella se fue y aún logro percibir la caricia de su cabello suelto, cierro los ojos y llega hasta mí el sutil aroma de su piel.

A veces siento que sigue junto a mí.