Aprendí a agradecer lo que me da la vida...aprendí que los grandes errores, aunque duelan mucho, son los mejores, pues de ellos aprendemos y así valoramos mucho más las cosas que suceden en nuestras vidas...
Aprendí que a veces es necesario caerse, porque el más hábil no es el que nunca se cae, sino el que se sabe parar, sacudirse y seguir adelante, sin verguenza por haber caido, sino con orgullo por tener la valentía de pararse. Aprendí que los errores no son lo peor, sino sólo lecciones de las cuales obtendrás herramientas para afrontar la vida...
Aprendí que nunca está todo perdido, que simplemente comienza algo nuevo y que lo que pasó, pasó...sólo hay que seguir adelante, claro...sin nunca olvidar lo vivido...
Aprendí que las palabras son muy frágiles...pueden ser creadas y manipuladas...pero los momentos...siempre están ahí...y las emociones vividas perduran en él...
Aprendí que una lágrima no tan sólo expresa dolor, sino también es símbolo de limpieza, una limpieza del alma...Aprendí a que a pesar de no tener alas, puedo volar...con mi mente, mi imaginación, mi corazón y mi alma...Aprendí que no es sabio el que nunca se equivoca, sino el que aprende de su equivocación y la transmite a los otros...
Quiero darle gracias a la persona que me acompañó en este maravilloso análisis...porque también aprendí con ella que los pequeños detalles enriquecen el alma...
Simplemente Gracias...
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