Ya pasó el colectivo relleno de chocolate del que te bajaste.
Después, saciaste con mis gotas tu empalago
y te fuiste a bordo de un coche chato y herrumbrado.
Pasó también la procesión de niños lápices
obligados a disfrazarse con cartulina
y anhelando espadas de superhéroes.
Ya pasaron tus convulsiones y yo abrazándote,
limpiando con mis pechos
los restos de tu insaciable amor propio.
Pasó también mi deseo de ordenarlo todo
en el estante del abecedario, y fue lindo
que ahora los niños jugaran a ser borradores.
Las ventanas se cerraron entre nosotros.
Pero allí siguen estando.
Y a veces espío por ellas.
E imagino que puedo sonreírte aliviada desde una estrella.
Y a veces espías por ellas.
E imaginás que ahora ambos estamos un poco más sanos.
Texto agregado el 03-06-2005, y leído por 163
visitantes. (2 votos)
Lectores Opinan
05-06-2005
Me gusta el texto, sobre todo la parte de las ventanas. Es super tierno pero melancólico kurdo
04-06-2005
me gustaron mucho las imagenes que construiste con las palabras, es trite, muy triste... leticia
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