2 x 4
« El sàbado vamos », nos prometiò y cuando Osvaldo, amigazo de alma, de esos con los cuales una cuenta aunque el no lo prometa dice algo, »posta » que es así.
Ninguna de las cuatro sabe bailar tango y a las cuatro nos fascina escucharlo y verlo bailar y ningun lugar mejor que « la milonguita » pero no nos atrevíamos a ir solas…
- - « Parece mentira che », nos dijo una tarde de mate y tortas fritas… »mujeres grandes…ya no es lugar de taitas y malevos… »
- - No, no es por eso contestamos casi a coro, nos miró y dijo, « ta bien,las acompaño ».
Y alli fuimos, Marina no cuenta porque es la pareja de Osvaldo, » asi que mijita -le dijimos-a no quitarnos los puntos posibles,nunca se sabe en que termina un tangazo ».
Y los cuatro nos reímos con la desfachatez que dan mas de cincuenta, vividos con divorcios de por medio y algún que otro romance trunco o frustrado.
Llegar fue… distinto : entrar, nos pareció entrar al tunel del tiempo.Un largo pasillo alumbrado con fluorescentes en varios tonos de azul y violeta que descendian desde el techo avanzando por
las paredes y al final… un gran salón, mesas y sillas alrededor de una pista de baile inmensa y rodeando casi las cuatro paredes un bar, otro bar,otro ,no se cuantos mas habría por allí.
Osvaldo fue recibido como se recibe a un viejo amigo o « habitué » y tuvo que soportar mientras nos acomodaban en una mesa frente mismo a la pista de baile, la mirada entre inquisidora y divertida de Marina.
Fue entonces que nos dijo :
- - chicas, aqui las dejo… me voy a la barra porque si no, nadie se acercará para sacarlas a bailar y sin más, con un ligero movimiento de cabeza, se fue, seguido por Marina a quien escuchamos decir…
- - Ah no… yo a vos no te dejo s……
La musica ,las voces, alguna risa fuerte taparon lo que venía detrás…
Nos reiamos de nada, de todo, de nosotras mismas que ya habiamos olvidado el gesto que invita a bailar…
- - ¿Bailas? Casi me susurraron y al levantar la cabeza siguiendo el camino que habia dejado la voz, una luz me impidio verle la cara, pero no la aureola que enmarcaba su cabeza.
Un santo pensé, me esta invitando a bailar un santo… y la reflexion me pareció divertidísima. Entonces, sonriendo por mi ocurrencia le dije que me encantaría pero que en realidad no sabía bailar tango. No me dio tiempo a nada porque mientras me tomaba del codo logrando que me levantara en un gesto instintivo, me dijo que no me preocupara, que solo me dejara llevar del mismo modo en que me estaba dejando llevar a la pista en ese momento.
Recién cuando nos paramos sobre la pista me di cuenta de lo alto que era. Solo asomaban mis ojos a partir de sus hombros, ni cuello, ni boca, ni nariz…solo ojos, los míos que no pudieron una vez mas mirarlo a los suyos, porque en ese mismo momento me acercó y colocando su mano derecha en mi espalda y tomó con la suya izquierda la mía derecha mientras susurraba « a partir de ahora no mas palabras…sólo dejate llevar, solo sentí la música , dejala entrar, llenar por ella y guiar por mi cuerpo. »
Huele bien…pensé mientras abría mi mente y me preparaba a seguir sus instrucciones. Me reí de nuevo, un santo dando instrucciones? Pero un shhhhh … tranquila…me turbó y entonces comenzaron los primeros acordes. Sentí su cuerpo irnos hacia atras y busqué instintivamente la pierna que había retirado su apoyo siguiéndola timidamente cuando fuimos a su izquierda; apoyé mi cabeza en su barbilla intentando un nuevo punto de apoyo…me sentía bien, me gustaba...entonces su pierna me obligó a retroceder y su mano, fuerte, en mi espalda,la acarició indicándome que nos separaríamos para que yo pudiera hacer una figura. Famoso ocho que me obligaba a irme de un lugar en el que me sentia cómoda y protegida.
Y repetimos una vez mas los cuatro pasos y me acomodé en su cuerpo, me distendí y comencé a disfrutarlo.
Volvió a atraerme hacia el, hacia su perfume y sus manos y sus piernas y su espalda y su cuello y hacia allí fui. Y alli me enganché, en el espacio de nuca que asomaba entre el cuello de la camisa y el fin o principio de su pelo prolijamente cortado. Y levanté mi dedo para recorrerlo y sentí como cada tramo de su piel se erguia sensibilizado por el « toque » y en respuesta mi piel respondió de la misma manera y sus labios se posaron en mi frente y su aliento bañó mi cara y el tango seguía sonando y yo creí que nadie más bailaba en esa pista.
Me acomodó.
Me dejé acomodar.
Y entonces lo sentí .
Avanzando sobre mi pollera, orgulloso y firme, seguro de su presencia en mi deseo. El bandoneón se demoró en una nota y en ese mismo tiempo se demoró su pierna y yo, trayendo la punta del pie hacia mi taco, dejé formado un cuenco entre mis piernas en el que se acomodó.
Sabía que el tango estaba por terminar, me estrechó un poco más, me deje estrechar un poco más, me sumergí en un torbellino de sensaciones que embriagaban …
El tango terminó…nos costó separarnos y lo hicimos lentamente, primero las cabezas, luego los hombros, aun seguían juntas las manos y el cuerpo, retiramos las piernas, y me susurró :
-Quién dijo que el tango es la posición vertical de una situación horizontal o algo parecido?
-Creo que Discépolo ..le contesté, no estoy segura…
-Gran tipo dijo mientras tomando mi codo me conducía hacia la mesa… gracias
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