Él estaba sentado, echado hacia delante, la mano que le sostenía la cara desde la boca se apoyaba en la pierna, y los ojos apuntaban profundamente, sin mirar.
Gabriela estaba hablándole, él no entendía como alguien fue tan hijo de puta que inventó el lenguaje, hay que comunicarse solo con caricias, miradas, silencios, lágrimas, puto lenguaje, es un puto fastidio. Que Internet nos aleja? El lenguaje también lo hace, todo lo que no nos mantiene en un cuerpo a cuerpo no nos esta acercando, es extremo? Sí, y qué.
- Decidí-algo, por-favor, loco!! – dijo ella.
- Hagámoslo a tu modo, esta bien así.
- No amor, me canse de que me sigas para donde sea que voy, quiero tu opinión también. Me la podés dar? Vos también sos parte de esto.
- No, para que? Todo puede ir bien así.
- Fede, no sos autentico ni con vos ni conmigo, las cosas no me sirven de este modo.
- Gabriela, que mejor que un marido que hace todo lo que su esposa quiere? No es acaso eso lo que debería hacer un buen marido? Si yo diera mi opinión no nos pondríamos de acuerdo, jamás. Yo te quiero hacer feliz.
- Pero yo soy feliz escuchándote, amor. Quiero que me des tu opinión, tu opinión es valiosa para mí.
- Pero nos vamos a llevar para la mierda!!!
- Pero no importa Fede! Obvio nos vamos a pelear, por esto o por aquello, siempre! Pero nos vamos a seguir amando, verdad?
- Si te hago feliz a mi modo, no sos feliz, si te hago feliz como se debería, también, no entiendo.
- Abrazame.
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