Cristo está prisionero
¡Padrecito, padrecito, necesito su consejo!,
Algo ocurre en su iglesia, que me tiene muy perplejo,
Debe ser algo simple, que yo veo tan complejo,
¿Será que el tiempo pasa, y me voy poniendo viejo?.
Hay algo que me molesta y voy a ser muy sincero,
Quiero decirle padrecito, respetable caballero,
¿Por qué tiene usted, a mi Cristo prisionero?
¿Que no puedo visitarle y decirle que lo quiero?
Cuando vengo a visitarlo, solo llego a la entrada
Pues la casa del señor, tiene las puertas cerradas,
Grandes rejas de fierro, totalmente encadenadas,
¿Se le perdieron las llaves o se quedaron olvidadas?,
¿Por qué usted tiene, a mi Cristo encerrado?
Hoy quiero hablar con Él, y me lo tiene castigado,
Pienso entonces que a usted, se le ha olvidado,
Que Cristo vino por todos, y los bienaventurados.
¿Tiene miedo entonces, por los bienes materiales?
pero son más importantes, los temas espirituales,
Cristo dejó dicho, que todos somos iguales,
¡deben abrir las puertas, de iglesias y catedrales!
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