Vuelve hacía mí en un inequívoco sentido de culpa Voraz, encarnada de mañana De mitades De extracto certero del último cielo Hoy que el miedo es frágil Y frágil es también el sueño Hoy que se empecina la soledad en mi cama Duérmeme tú como solías En algodones rosa de azúcar ¡No puedes! ¡No me escuchas! Caminaré hacia ti y te cogeré de tierra y tumba Escarbaré y diré mil pesares conjuros Resurgirás luminosa Zombi vudú iras a mi lecho Y por fin, nuevamente tras ojeras de negra sangre muerta, cerraré los ojos y diré: Hasta mañana mi amor Y, tú dirás hasta nunca...
Texto agregado el 02-06-2005, y leído por 172 visitantes. (2 votos)