He aquí mi semblanza:
Comencé a materializarme por allá por Agosto de 1950, en la tibia matriz de un hermoso ejemplar de hembra Homo Sapiens sapiens de 22 años de edad. Transcurridos 9 meses, y, con el propósito ingenuo y temerario de abandonar ese placentero y protector ámbito para exponerme a los riesgos de este sistema que se ha dado en llamar "vida", nací el sábado 12 de mayo de 1951, a las 23:00 hrs. en un recóndito lugar del planeta Tierra llamado, escuetamente, Chile. Nací varón de 4.800 gramos de peso y 52 cm. de talla. Hoy peso 120 kilos y mido 180 cm.
(¡OH!: ¡¡Cuánta materia ha acumulado mi espíritu!!)
Así y allí comenzó el conteo regresivo inexorable del reloj-calendario encargado de computar la vigencia de mi materialidad hasta que ésta vuelva al humus. Sé que a la fecha voy en menos (-72) años (porque ya no los tengo); pero no supe en que número se activó esa maquinita. Así es que no estoy en condiciones de predecir la fecha en que mi espíritu será liberado de esta cárcel de oscuridad (mi materialidad) para volver al lugar desde el cual, intuyo, nunca debió salir (en todo caso presumo que lo echaron de allá por rebelde).
Pero, como mi estado de salud corporal, hasta aquí, va bien, si es que no sufro algún accidente, deduzco que podría hacerlo en las adyacencias del año 2031. Siempre y cuando el eterno Supremo Factotum, trazador de mi itinerario y destino, no haya dispuesto un lapso; o lo que sería peor todavía, un lugar distinto del que aquí planteo. Pero por los méritos que ante El... no hablo de mís insignificantes méritos, sino de los que tiene mi Salvador, el Señor Jesucristo, el Divino Padre de todos los espíritus, por su infinito amor me otorgue la Gracia de su DIVINA Y ETERNA MISERICORDIA.
¡Paz verdadera para todos y todas os deseo con todo el corazón. Bendiciones de mi Señor, y de nuestro Padre Celestial!
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