Sus velos me recorren,
inalcanzable es su mirada,
más he aquí mi cuerpo,
pues quisiera ser presa de sus ansias.
Amorosa la despojo de sus ropajes,
en esencia manjar salvaje que iguala nuestra vida.
Te entrego mi existencia ante la sociedad encolerizada
esperando tan solo que el velo el gemido imprima.
20/1/2002
Texto agregado el 02-06-2005, y leído por 147
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