Tú, la sombra que necesito,
la sonrisa que busco al dormir,
el recuerdo en forma de ángel
que me acompaña a través del tiempo.
Las ganas de estar de vuelta,
de hacer mil locuras por alcanzarte,
lo único que me mantiene aquí,
y el motivo de marcharme tan pronto pueda.
Tú, las ganas y el deseo,
el nombre entre estas líneas,
que se vierten ahora contra todos,
por llegar tan sólo a tí, para alcanzarte.
Tú, el nombre que tiene el amor,
a quien dedico todo esto,
sin que se me olvide cómo es tu rostro,
y mucho menos tu aroma irrepetible,
de estar simplemente embriagado de tu contacto.
Tú, el artículo y la música que define las ganas de girar del mundo, la primera y última vez de hacer mil cosas tan sólo por locura, es a tí y a tu ausencia a quien escribo, por esta nunca la última vez.
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