Era el mejor en su oficio, se creía implacable.
Le dijeron que no dejase pasar a nadie que no estuviese en la lista de invitados, y no dejó pasar a los novios.
Le dijeron que no dejase estacionar a nadie en frente de la puerta, y no dejó estacionar a ese camionsote rojo lleno de gente mal vestida.
Le dijeron que no se apartase de la caseta de vigilancia; y luego el forense apenas pudo distinguir entre las cenizas del envigado y su sonrisa.
Texto agregado el 02-09-2003, y leído por 470
visitantes. (2 votos)
Seguré en la lectura de los próximos. Este me pareció bueno. Lo que no me pareció soherente (cuestión de gustos) fue el párrafo final. Gracias y suerte. janio