Era el mejor en su oficio, se creía implacable.
Le dijeron que no dejase pasar a nadie que no estuviese en la lista de invitados, y no dejó pasar a los novios.
Le dijeron que no dejase estacionar a nadie en frente de la puerta, y no dejó estacionar a ese camionsote rojo lleno de gente mal vestida.
Le dijeron que no se apartase de la caseta de vigilancia; y luego el forense apenas pudo distinguir entre las cenizas del envigado y su sonrisa.
Texto agregado el 02-09-2003, y leído por 471
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Seguré en la lectura de los próximos. Este me pareció bueno. Lo que no me pareció soherente (cuestión de gustos) fue el párrafo final. Gracias y suerte. janio