Una insistencia de tu boca
Me desterró una tarde
De mi infancia
Me convocó como sentencia
Para perderme entre tus pechos
Yo que ignoraba el crudo concepto
De los pezones y los clítoris
Permanecí crucificado entre tus piernas
Siglos enteros
Degustando por horas lo más tibio
De tus entrañas
Te reíste como víbora
Y lloraste con tus penas de ramera
Arrepentida de tus calenturas insaciables
Me confesaste que habías hecho del miedo tu casa
Y entonces te abarqué con dulzura y comprendí
Que más allá de tus nalgas
Había una gran mujer
Descubrí que tenías
Tus infiernos y edenes convertidos
Que las alstromelias te transfiguraban
A tus jardines pueriles
Y que tu padre te marcó las sienes
Por creer que tocarse era una falta
Concluidas así las confesiones
Me profanaste hasta las médulas
Fui presa de anemias terribles
Vagué raquítico y exhausto por las calles
Todo para llegar hasta tu puerta
Y ser aniquilado
Por las pequeñas muertes de tu boca
Extasiado en la idea
De conjurar a mis 14
El frenesí libidinoso de tus 30.
Texto agregado el 01-06-2005, y leído por 227
visitantes. (8 votos)
Lectores Opinan
27-09-2005
... honeyrocio
22-09-2005
Espectacular, esto està buenìsimo... de hecho, esperaba mas, es decir, me quedè con gusto a poco, quise seguir leyèndote. Felicidades y saludos para tì maria_jose
21-09-2005
jjajaja este es el texto más fome y mamón que he leído durante la mañana. Esto más que poesía es un infantilismo desagradable, un sonsonete péqueño y mal escrito...pésimo texto. Andaaaaaa!!!!!!!!!!! nilda