Te regalo lo mejor de mis pensamientos, mis ilusiones y te dedico mis desventuras sin ti a mi lado, ángel fugaz que de noche vienes a torturarme con forma de aroma y recuerdo apartado, te regalo las gracias y el sentimiento, las notas más sentidas que emanen de mi pecho vacío vadeando las cuerdas de mi garganta dolorida de extrañarte a gritos.
Te regalo un breve o eterno modo de amar que no te sepa a demasiado compromiso todavía, te doy humildemente la fe y las ganas de verte y tributarte mis maníacas formas de adorarte, en que sólo el tiempo no pueda darte mientras estés alejada y perdida de mí, cuando sepas donde encontrarme.
Te regalo mi voz y estos labios si quieres escucharme, mis escritos y estas manos si deseas leerme, mi imagen y este rostro congestionado si quieres recordarme, y mis sueños y mi mente si persigues acompañarme, mi escalera y este puente si quieres llegar a mí, un viaje y un boleto que te traiga hasta mis brazos llenos de lágrimas destrozadas, envenenadas de dolor de mis ganas de acariciarte.
Te regalo mi espera en el silencio y tanto olvido apagado, que no puedas respirar si no es de mi aliento, cuanto quieras recibir en esta suerte de cielo que quiero compartir contigo, donde pueda conocerte más allá de las letras que te permitan verme sin pasar de las palabras en que encierre el sentimiento y sientas lo mismo por mí, acaso de suficiente pero tal vez nunca demasiado como para que me dejes morir.
Este es mi regalo, ¿puedes abrir el corazón y extender una mano para tomarlo? |