-Recuerdo que años atrás, en mi plena juventud...
El sacerdote lo interviene y enciende la luz de la habitación. Ya era tarde, las nubes en el cielo, hacían mas pronta la noche.
-Ahora si, Continua.
El hombre continua relatando:
-Yo pensaba que la mejor vida era casarme, tener una linda familia, con 2 hijos y una esposa que realmente nos quiera. Pero no por eso dejaría mi vida en la iglesia, mi gran entusiasmo por la catequesis me había acompañado a los largo de 5 generaciones, de jóvenes que deseaban hacer su primera comunión.
Creo, si mal no recuerdo fue un día Domingo, a eso de las 2:00 PM, hace poco había salido de misa, iba solo, mi esposa estaba en el hospital acababa de tener nuestro primer hijo, Leonardo, iba de camino para allá, cuando en la calle de al frente, vi a una pobre señora tirada y apoyada en la pared, aparentemente ebria, que era golpeada por 2 jóvenes de muy mal aspecto, no atiné a nada mas que a correr donde ellos y al verme, salieron huyendo. Intenté ayudar a la señora, pero en su calidad de ebria y su falta de discernimiento, me comenzó a golpear y a insultarme con palabrotas. Por ello me alejé y seguí mi rumbo pero pensando en la situación vivida.
Desde aquel momento, no deje de pensar en porque la gente podía llegar a tales situaciones.
Ese fue mi primer acercamiento a mi nueva forma de pensar, donde comencé a cuestionar el porque de un Dios perfecto.
El sacerdote escuchaba atentamente, no deseaba interrumpir hasta haber escuchado todo. Era ya mas de noche, se sentía frío, unos lejanos ruidos de truenos se escuchaban.
-Fueron 5 años mas tarde, Mi esposa tenia 5 meses de embarazo y la acompañé a uno de sus controles, mientras fui yo a fumar un cigarro a un negocio cercano a la consulta. Cuando iba llegando pedí a la secretaria permiso para entrar y ella me lo negó, me digo que el doctor estaba ocupado. De pronto sentí un grito desde la habitación del doctor e irrumpí en la habitación dando una patada a la puerta y vi al maldito doctor...
Se detuvo pues se agito por el enojo y la pena de recordarlo, llamaron a la enfermera y esta le dio un vaso con agua y le pidió que se relajara.
Luego de unos 5 minutos continuó, se podía oír una suave lluvia que caía.
-Vi al maldito doctor sobre mi esposa embarazada, intentando besarla y acosándola, al ver aquella escena corrí donde el doctor y lo empuje contra el librero de la habitación. Tomé a mi esposa y salimos rápidamente del lugar.
Una vez en el auto y mi señora tranquilizada, no paraba de darme vueltas en la cabeza, la maldita escena que había presenciado.
Al llegar a mi casa acosté a mi esposa a descansar y fui al living a ver algo de televisión, al momento de encender la televisión, para mi desgracia en la TV pasaban imágenes reales, del asesinato por manos de soldados estadounidenses de unos niños de Irak. De inmediato volvieron a mi mente los recuerdos de aquel día que vi a la mujer ebria ser golpeada por los malandrines. No podía creer que la gente fuera tan perversa en sus actos, que había echo mal Dios, si Él era un ser perfecto como de Él pudieron salir seres tan malos como la raza humana...
Al final preferí guardar solo en mi memoria aquellos pensamientos y recuerdos. Pensé que mientras no me afectara a mi todo iría bien.
Claro, todo parecía normal, hasta que lo que acabo de decir, fue desmentido de manera brutal. Mi esposa ya tenia 8 meses de embarazo y en medio de la once, se desmaya repentinamente. Encargué a Leonardo a la vecina, y partí rápidamente al Hospital, tenía un gran miedo de perder a mis dos queridas y esa fría tarde de invierno no ayudaba mucho a mi esperanza. Al llegar al Hospital, pasamos rápidamente a urgencias y el doctor, luego de examinarla, me digo: Prepárese su esposa necesita rápidamente una cesárea, pues corre peligro de muerte y su bebé igual. Aquellas palabras habían acabado al fin, por romper toda mi esperanza en Dios y me provocaron una tristeza incapaz de contener, al cabo que estallé en llantos, mientras como llevaban a mi esposa en camilla, por un pasillo que decía: “Pabellones”.
No conté el tiempo transcurrido, pero para mi había sido una eternidad, hasta que salió el doctor con una angustiosa cara y me dice: “Su esposa ha muerto...” Mi cara cambió radicalmente de estar triste, a estar totalmente sin ganas de existir en este mundo, al cual maldecía a velocidad y cantidad impensada. Con palabras entrecortadas, llenas de tristeza pero un pizca de esperanza, le dije: “¿Y mi hija?”, El respondió: “Su hija esta en graves condiciones y con riesgo severo de vida. En medio de la cesárea, su esposa presentó signos de inestabilidad y debimos atenderla, por ello detuvimos la cesárea y al momento de certificar la muerte de su esposa, al sacar al bebe de su vientre, este presentaba asfixia con el cordón umbilical y en una rápida acción logramos sacarlo con vida, el en este momento esta en incubadora, no presenta infecciones, pero la zona en contacto con el cordón umbilical quedo con una herida, y debido a la poca capacidad de cicatrización y un problema respiratorio que seguramente su doctor no le informó, lo mas probable es que su niña muera...”, detuvo un instante y continuó: “Nosotros le ofrecemos la posibilidad de bautizarlo, lo cual de usted querer, debería ser lo antes posible”.
Yo le seguí inmediatamente: “Luego de todo esto, ni esperanza en Dios me queda, si supiera como han sido los últimos años...”
-Bueno es su decisión- digo el Doctor.
En todo el instante que tardó en decir lo anterior, la lluvia de había hecho mas fuerte y comenzó a soplar un viento y a oírse ruidos de tormenta.
-Del todo desposeído de felicidad y esperanza, esperé junto a la incubadora de mi hija, el momento inevitable...
Desde ese momento intenté criar a mi hijo, en este mundo turbio y lleno de cosas malas. Bueno ahora mi hijo es un gran profesional, con familia y para su felicidad no ha tenido mayores inconvenientes en su vida, ojalá espero que no les toque vivir las mismas situaciones, que Yo. Con respecto a su Fe, el es católico y yo estoy feliz de que lo sea, en fin cada uno ve de manera diferente a Dios, y nadie puede, ni debe interferir en ello. Personalmente mi Fe se desvaneció desde el momento en que supe la noticia de muerte de mi esposa, desde aquel entonces mi visión del Dios perfecto se vio fuertemente y de muerte dañada. Pero a pesar de todo, afirmo y defiendo que el único pecado de Dios ha sido sin duda: Crear al Hombre...
El sacerdote sorprendido y pensativo, no alcanzó a decir palabra alguna pues el hombre había muerto junto con el último trueno de toda esa oscura y triste noche...
+Sad_Sacrifice+
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