Pasos resonantes,
silencio de dos salas.
Molestan lectores
tímidos y siniestros
que huyen por no
reconocer sus marcas.

Duermen sobre celosas hojas
vacías de palabras,
ojos, puertas del alma.

Atraviesan los tiempos
como oleadas siniestras.
Manifiestan deseos
escondidos
tras los hilos
de bronce-nácar.
Invaden silencios
repletos sobre
las siete albas.

Duermen celosas
vacías de palabras.
Acarician las letras
lamiendo lo que no alcanzan,
lo hacen,
vagan en su nostalgia

Susurran voces,
cuerpos inmóviles.
Susurran voces,
pero quietos.
Susurran voces
donde la tarde descansa.
Susurran y lo hacen,
extrañan los discípulos del alma.
Lo hacen porque temen ser tus recuerdos.

29/6/2202