Una vez, un gran amigo me dijo que no sabía qué escribirme... creo que he encontrado la solución a su pregunta.

Desde niña me ha gustado escribir, de todo un poco, desde pequeños poemas hasta mi autobiografía (¡vaya que fue gran logro terminarla!, aunque hasta el día de hoy sigue inconclusa).

La mejor y más sencilla regla para poder escribir y expresar nuestras ideas correctamente es:

"poner en esa hoja que tenemos enfrente y con ese bolígrafo, lápiz o lapicero que sostenemos en la mano, lo que nos dicten nuestra alma y nuestro corazón".

Sé que a veces esto será difícil, porque muchas veces guardamos en el interior cosas, sentimientos y detalles que no son fáciles de plasmar, o porque nos da miedo saber que teniamos todo eso adentro.

Pero una vez que terminemos y le demos una leída a esas letras (muchas o pocas) que hemos escrito, nos quedará esa sensación tan hermosa de que hemos hecho las cosas bien, además de ese sentimiento de liberación que nos embarga cuando las penas que guardamos o las alegrías que queremos compartir han salido a la luz y nadie podrá ocaparlas.

A mi humilde parecer, esa es la razón que mueve a todo poeta, todo escritor y todo narrador a escribir lo que escribe... y a todo conferencista y declamador a decir lo que dice.

Tampoco hay que olvidar que nuestras actividades, artísticas o no, hay que hacerlas con todo nuestro empeño, esfuerzo y corazón. Porque de otra forma, se vuelven tediosas, aburridas y muchas quedan inconclusas.

Por eso, mi consejo para tí querido amigo, es que hagas y escribas lo que te dicten tu alma y corazón, y con todo el corazón.

Ninive