No soy la niña que creiste conocer,
Soy la mujer que el engaño regaló.
Tu voz sigue igual. Tus palabras desbordan de perversión.
Pero en el fondo hay una persona inocente, escondida entre basura.
Todo vuelve por una noche. Los niños que llevamos dentro se sueltan, para tomarse de las manos a escondidas nuestra. Mi amor por ti está aquí.
El amor por tu simple respiranción en el teléfono.
El amor por tus dudas, por tu propia confusión.
Tus tentadoras invitaciones, prohibidas por el tráfico de la red.
Te mando una flor, viva, por ahora.
Tu me enseñaste que todo tiene un final.
Encuentro, entre inservibles papeles reciclados, el borrador del primer poema que mi alma te dedico.
Tu, talvez tengas el final en tus manos, pero yo tengo el comienzo.
Se que ahora, mientras yo gasto mis palabras en un escrito sin destino, tu duermes y tus sueños vuelan , rondan y lloran alrededor de mi nombre.
Mis pensamientos, perdidos están también, en el olor de tu piel. Y los eternos besos, quedan guardados debajo de la cama.
Nuestra historia tiene un nuevo final.
Tiene un nuevo sol. No hay luz, no hay vida, no estamos los dos.
Están los lamentos, eliminados en la carpeta de reciclaje. |