agarrá el resaltador fluor
y comenzá ya a restregárnoslo por las cabezas;
dale, dale, que hay que acentuar el absurdo
acá vas a asegurarte una buena dosis de imágenes
sólo somos nosotros haciendo equilibrio sobre renglones,
irradiando verde como si estuviéramos enfermos de cáncer

troubles troubles troubles
la nena reprobó inglés, pesadilla,
todos gritan y debaten sobre qué-cómo;
la nena nunca viajará a Disneylandia
pero cuando se pierda en el monte chaqueño podrá
preguntarle a un toba con cara de naipe “¿jaguar yú?”
y entonces seguramente se le ría y le conteste: Bad, very bad.

dale, seguí con el resaltador
que si le falta tinta acá tenés alcohol y no,
a mi no me falta tinta, pero troubles y renglones
sí que tengo, así que acá tenés alcohol
y el señor absurdo ya debe estar cansado
de que le endilguen tantas estupideces.

hay que tener mucha elegancia
para ser bizarro, y el que lo niegue,
es un estúpido que ni siquiera aprendió
a creerse para sí mismo la farsa del trago en el bar
y el ay-nene-damelo-todo-un-poco-más
pasame-un-cigarrillo, y suicidate con las cortinas.

troubles troubles troubles
la nena quedó embarazada y no puede
dejar de drogarse, y en las clases de inglés
nunca le enseñaron a decir forro;
pero lo escupimos en nylon por la ventana
y que duerma en el basural o el estómago de un perro.

resaltanos, seremos como luciérnagas
pero seguiremos zumbando como moscas
por sobre la nena llorando por el examen
por sobre su feto manjar del hambriento
por sobre ese otro niño famélico al que
sí consiguieron sepultar; por sobre troubles,
troubles-troubles-y-estas-palabras-también.