Como un ave diminuta que recorre el universo, flotando dentro de tus mares. Mío; tambaleante; tras las barcas de mis soplos que se hunden silenciosas. Me matas; te erosionas; deshaces mis vísceras, muriendo a cada instante; te siento; me esfumas; hilvano el grito de tu sangre que humedece con las tardes, para prenderme al absoluto. Me buscas; te erectas; inscribes la risa dentro y fuera de mi sombra, como un cascabel de lenguas nadando entre mis pechos. Muero así; clamo tus fauces; desboco el infinito de mis sueños en una tormenta de felicidad, fugada con el viento. Y reptas mis valles en un espasmo silencioso, para saciar la furia de tu vientre, que se ahoga dentro de mi ser.
Ana.
Texto agregado el 13-12-2002, y leído por 619
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Lectores Opinan
15-05-2004
guau...Muy apasionante mujer esto estuvo bueno. angeliquita
13-12-2002
Estás madurando día a día. Lo haces cada vez mejor. alqutun