MINOTAURO
Poseo la llave de la cerradura de la puerta cubierta de moho verde, la llave con la cual ingresaré al laberinto, por amor. Detrás de la puerta camino a oscuras, toco la pared que va girando, que se bifurca, que se enrosca y ensordece. Mis pasos son cortos, no quiero pisar en falso y caer en un abismo que me aleje definitivamente. Sé lo que busco. Al Minotauro. Fuí entregada a él. Esquivo las plantas que crecen en los muros y voy a tientas rozando con mis manos las paredes farsantes que no indican nada. El suelo es parejo, sin distinciones, ignorante. No hay señales que me indiquen con certeza que estás. Que eres. Que soy. No dejo huellas que me unan al pasado, no miro el antes. No volveré atrás. No sabré como. El techo se acerca, las paredes se ajustan. No hay luz que me guíe, ni voces que indiquen a lo lejos...Estoy sola en el laberinto. Yo y el Minotauro. Lo oigo respirar. La pared final el último tramo. Ya no hay escapatoria. No deseo escapar del laberinto, no quiero salir triunfante, pero sola. Afuera nada hay ya para mi. Me devorarás, estoy perdida. Giro en la última curva y los ojos que tanto anhelo, que tanto deseo, que tanto temo, se enfrentan a los míos...estoy perdida.
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