Inicio / Cuenteros Locales / MarthaNinive / Conocí la tristeza y me presentaron la soledad
Todavía recuerdo ese 6 de enero... dormía tranquílamente en mi cama, ese lugar al que tanto me costó acostumbrarme. No recuerdo el sueño que tenía en ese momento pero sí la hora exacta en que todo ocurrió: 5:30 de la mañana.
Mañana fría por culpa de la cual yo me encontraba enredada en un cobertor. De repente, el sonido del teléfono se hace presente... yo lo tenía a mi lado, esperando esa llamada que no quería que llegara, pero que tenía que esperar.
Al otro lado de la línea se oye la voz temblorosa de una mujer que me parece muy conocida y el pregunto "tía, ¿eres tú?"; solo recuerdo las fatales palabras que salieron de su boca y que hasta el día de hoy todavía retumban en mi cabeza "tu tío ha muerto". ¿Cómo creer esas palabras? ¿Cómo comprender el significado de esas palabras que lamentablemente esperabamos en cualquier momento?
Lentamente voy sientiendo cómo un líquido cálido va cayendo por mis mejillas y en mi mente no puedo entender qué es... qué sucede... ¿alguien me escucha?
Cuelgo el teléfono y me quedo en mi cama... ahora me parece tan fría, ni el calor del cobertor que envuelve mi cuerpo evita que yo deje de sentir ese frío helado que me recorre de pies a cabeza.
Son las 5:45 de la mañana y tengo que ir a despertar a mi hermana para ir a la escuela. ¿Cómo agarrar fuerzas para levantarme e ir a decirle que una de nuestras personas más queridas ha muerto y que tiene que ir a la escuela? Aún así lo hago... tengo esa responsabilidad... hoy mi casa es mi responsabilidad... mamá no está.
Después de explicarle a la niña de 16 años lo que había sucedido encuentro las fuerzas para arreglarme como de costumbre... no puedo faltar a la escuela... no con tanto que tengo que estudiar y entender.
"¿Esto es la tristeza?" me pregunto. La respuesta la encuentro en mi corazón... destrozado.
Llego a la escuela, entro enojada al salón ("¡qué cambio!" piensan algunos, yo siempre trato de entrar sonriente). Me siento en mi lugar de costumbre alejado de nada, en medio de todo. Mi gran amiga... que siempre me apoya... se me queda viendo y comprende que algo está mal. Lo único que hace es extenderme sus largos brazos y estrecharme entre ellos. Las lágrimas vuelven a brotar de mis ojos. Los demás se dan cuenta... algunos llegan con las típicas palabras de condolencia... otros simplemente me abrazan. ¡Qué extraños parecen hoy!
La información de las clases parece no fluir a mi cerebro, sólo pienso en las palabras que escuché unas horas antes.
¡Qué bueno que terminaron las clases de la mañana! Puedo regresar a casa. ¿A casa? ¿Y quién me espera? ¿Quién me va a explicar lo que pasa... o me va a escuchar?
Solo está el silencio... la casa está vacía... tan vacía como nunca lo estará.
Lloro... lloro... y sigo llorando. ¿Acaso las lágrimas nunca dejan de brotar? ¿Acaso los ojos no se cansan de llorar?
Y me pregunto una vez más: ¿esto es la tristeza? Pero me doy cuenta que hay otro sentimiento en mi interior... ¿qué es? Miro a mi alrededor, no hay alguien que me diga lo que estoy sintiendo. ¡Y lo comprendo! Es la soledad...
muy mala combinación la tristeza y la soledad. Todos llaman por teléfono, pero nadie se detiene a escucharme, a explicarme, a entenderme.
Lo siento, lo siento mucho... todas las palabras significan lo mismo.
Y me doy cuenta que por primera vez en mi vida he mirado a la tristeza directamente a los ojos... y ellos (todos) me presentaron a la soledad.
Con todo el cariño de mi corazón,
para mi tío donde quiera que estés (yo estoy contigo)
Ninive |
Texto agregado el 27-05-2005, y leído por 139
visitantes. (2 votos)
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Lectores Opinan |
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28-05-2005 |
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¡Qué texto mas bonito! Al leerlo uno va sintiendo la tristeza , confusión y soledad de la protagonista. Felicitaciones y van mis 5* jorval |
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27-05-2005 |
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:´(. 5* guasarapo |
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