Tu mirada cruzada con la mía en aquel colapsado vagón Sentí la necesidad que había en tu mirar de escapar Me hice el conmovido Mientras miraba tu vestido Iba algo rendido Olvidando algún sentido Tus ojitos entre abiertos Tus labios desiertos El perfume de tu piel Mi corazón no lo podía creer Tomado del pasamano Era yo quien no quería descender Pasaron tres estaciones más Ahora fuiste tu la que debía bajar Dejándome en la piel un verso para regalar
Texto agregado el 26-05-2005, y leído por 213 visitantes. (2 votos)