Mamá:
Alguna vez fuimos amigas. Aún no entiendo lo que pasó. Yo crecí y tu envejeciste. Ye te quiero y tú eres cruel. Me cierras las puertas de la que fue nuestra casa, la que ahora llamas “mi casa” con tanta propiedad, olvidando que moralmente es de todos. Espero que no sea porque me parezco tanto al hombre que aun amas y que no te corresponde, espero que no sea porque él me dio la vida y le importo tanto como alguna vez le importaste. Me lloran los ojos mientras escribo esto porque me doy cuenta de que no tengo mamá, me doy cuenta que no me alegra verte los fines de semana, que le encuentro razón a mi papá por haberte dejado, pero no te encuentro razón para ser así como eres: materialista, fría y dura. Pero eres así solo conmigo, los demás te aman, no te conocen como yo. Yo te quiero y tu eres cruel. ¿Será tu forma de manifestar tu decepción hacia mí?, ¿Te defraudé?, ¿No soy lo que esperabas de una hija mayor?. Siento tanta pena ahora, además que estar sola no sirve de mucho. Yo ruego a Dios para no ser como tu, ser mas tolerante como madre, querer a los hijos tal como son, hagan lo que hagan. ¿Por qué no pudiste ser así?. me duele la cabeza tanto pensar, estoy casi segura que tu no lloras como yo por habernos dejado de respetar, te veo tan ajena, te encargaste de que me sienta ajena a tu lado y en lo que fue mi hogar, que ahora solo me sirve para visitarte, aunque mi presencia te moleste porque “te gasto gas si me baño en tu casa”, “te gasto café si me invitas a tomar once”, “tienes que comprar mas pan cuando me quedo a la hora del té”. ¿Será necesario que cada vez que te visito tengo que comprar mi propia comida?. ¿Será tan cierto que si fuera una mujer pudiente te agradaría mas?. Lo que nada me importa es ser pudiente, lo que más me importa es que me aceptes tal como soy y que me quieras tanto como hace veintiséis años, ya que después de siete años de intento pudiste tenerme en tu vientre y luego con muchas dificultades me tuviste en tus brazos, me cuidaste y crecí, y ahora lloro porque no me quieres y todo me lo encuentras malo. Lo único que agradezco es que quieras a mi hijo mas que a mí. Eso te lo agradeceré eternamente.
Tu hija que te ama...y siempre te va a amar.
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