En cambio a mi me gusta estar así!!
sentado sobre la acera, con la mirada en las piedras.
quizás tirando un escupo al aire
o con mi cabeza en las rodillas.
Mirando los colores que hay entre el cielo y mis ojos.
Algo siento en esos momentos tan largos,
algo que me tranquiliza, me inmoviliza también.
Un poco de aire.
Donde no hay aire.
Como si olvidara mi cuerpo,
Como si lo olvidara todo.
Como si ya no fuera nunca mas de agua.
Esos vasos cumplen ahí una función extraña para mi,
Golpean mi cabeza de tal forma que limpian mis pensamientos,
callan esas voces,
esos gritos,
esos dolores ya no son mas ahí.
Y me entregan una forma ideal, irreal.
Dentro de un cajón, o entre lápices de madera, o en un bote sobre mi estomago.
En esos momentos, es cuando mas tomo tu mano y siento los labios tuyos en mi boca.
Aunque nunca estés conmigo,
Aunque mis manos siempre estén en los bolsillos.
Porque tu me odias en esos momentos.
Me odias de verdad, es tu mirada que corta mi carne en pedazos pequeños.
Que cubre mi cabeza nuevamente con esa nube obscura, que tapa el sol azul.
Que me devuelve los gusanos al cerebro.
Que me levanta de la nada.
Es tu odio que me devuelve la vida nuevamente.
Me odias cuando muero.
Me odias tanto que no me dejaras morir nunca.
Es tu odio contra mi muerte.
Y mi amor por la nada.
Y mi amor por ti.
Pero cuando todo cae sobre mi nuevamente.
Y luego de un sueño, tomas de verdad mi mano.
Me doy cuenta que ya no es necesaria la nada sobre mi espalda.
No es necesario olvidarlo todo.
No es necesario amarte sobre una hoja de papel.
Me doy cuenta que es mas bello cuando eres tu la que me embriaga.
Porque traes a mi un silencio, una calma.
Porque traes a mis bolsillos una flor con las verdaderas ganas de vivir.
Haces de mi vida un sitio respirable, y mas aun, haces de mi vida una fantasía.
Me doy cuenta que en realidad estas aquí.
Me doy cuenta de que llegaste antes de dejarme morir.
Por favor discúlpame, porque me cuesta entenderlo.
Espero no volver a dejarme caer en el pozo de la muerte mientras estés conmigo.
Espero que pueda entender que la muchacha que toma mi mano en la marcha de la muerte no me quiere aun, ni yo a ella.
Porque ahora te quiero a ti.
Y la que toma mi mano eres tu.
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