En la soledad de mi silencio llego la nostalgia con un beso. Me convidó a su compañía hundiendome más en el abismo de los recuerdos, donde guardo la flor de mi sonrisa y el llanto de mis cardos. Dando vueltas al banco de mis días te bendigo vida.
Texto agregado el 25-05-2005, y leído por 106 visitantes. (0 votos)